Desde pequeña, la vida me ha llamado a lo mágico y lo misterioso, a observar la luna y sentir la energía en todas las cosas. Sin embargo, en mis 20 años me alejé de mi esencia, de mi voz interior y de mis verdaderas pasiones. Fue un tiempo en el que sentí pérdida y desconexión, pero, al acercarme a los 40, la vida me dio una nueva oportunidad de encontrarme. Gracias al acompañamiento de una gran amiga y hermana de alma, regresé poco a poco a la libertad de ser yo misma. Me enamoré del autoconocimiento, de estudiar mi ser, y de este proceso nació un profundo deseo de compartir todo lo aprendido con otros corazones en búsqueda.

Llevo dos años participando en la Danza de la Luna y he tenido la bendición de asistir a ceremonias de ayahuasca y de “niños santos.” Cada experiencia ha sido un recordatorio de que la ceremonia más poderosa es la de la vida diaria. Cada día es una oportunidad para honrar lo sagrado que vive en nosotros y en el mundo que nos rodea. Mi sueño es compartir esta sabiduría y acompañar a otros en su propio viaje hacia una vida plena y consciente. También anhelo que mis hijos puedan caminar este sendero espiritual, como un legado de amor y expansión para las futuras generaciones.

Hoy, quiero invitarles a comenzar su propio viaje de reconexión con unos ejercicios que he creado con amor y que les ofrezco con el corazón abierto. Son un regalo, un primer paso para explorar su propia esencia, descubrir la belleza que llevan dentro y abrirse a un camino de crecimiento. Espero que estos ejercicios les brinden paz, claridad y una dulce sensación de bienestar.

Si sienten el llamado, pueden acceder a ellos aquí. Este es mi regalo para ustedes, una mano amiga para acompañarles en el despertar de su ser. Que puedan encontrar en este camino la paz y el amor que tanto merecen.

Con todo mi cariño,
Cristina Socias